Una mala comunicación puede costar muy caro

Una mala comunicación se paga muy caro

Una mala comunicación puede costar muy caro

Reevaluar los mensajes, saber qué comunicar y cómo comunicarlo, conocer el significado de los elementos que aparecen en nuestras comunicaciones es un trabajo permanente que jamás debe ser descuidado.

Antes de que las empresas lleguen a una crisis, es indispensable que cuenten con un plan de gestión de crisis que minimice los efectos negativos. Queda claro que no hay forma de saber qué tipos de conflictos podrán ocurrir, pero analizando los riesgos se crea una idea general de las amenazas y cómo manejarlas.

Ejemplifiquemos con el caso de Balenciaga, una marca insignia usada por grandes actrices, futbolistas e influencers, enfrenta un escándalo que la ha hundido. Hoy este acontecimiento nos reafirma la importancia de comunicarnos con responsabilidad, teniendo siempre presente los valores humanos.

A la reconocida marca le han llovido las críticas tras publicar su reciente campaña publicitaria, en ella aparecen niños sosteniendo bolsos de osos que llevan arneses y accesorios asociados al sadomasoquismo.

El rechazo no tardó en llegar, la pérdida de compradores y de seguidores en las redes sociales hizo evidente que una mala comunicación sale muy cara. La casa de moda retiró los artículos a la venta, eliminó las imágenes de todas sus plataformas y difundió un comunicado.

A través del texto, se disculpó y aceptó que “fue una elección incorrecta haber presentado la campaña con niños”. Horas más tarde, emitió un segundo comunicado, ya que en otros de sus anuncios publicitarios se mostraban expendientes judiciales relacionados a un caso de pornografía infantil. La firma se volvió a disculpar y expresó que tomaría acciones contra los responsables de la creación del decorado.

Una de las marcas de lujo más importantes del mundo está envuelta en un escándalo que no ha sabido enfrentar. Balenciaga demandó a la agencia creativa por usar expedientes judiciales reales en sus fotos, pero ¿quién se hace responsable por la sexualización infantil?

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