Como Semillas – Dr. Julio Decaro

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Como Semillas – Dr. Julio Decaro

Dr. Julio Decaro • Director Ejecutivo de CMI Interser

Decía también: El reino de Dios es como un hombre que hecha semilla en la tierra, y se acuesta y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece; ¿cómo?, él no lo sabe. La tierra produce fruto por sí misma; primero la hoja, luego la espiga, y después el grano maduro en la espiga. Y cuando el fruto lo permite, él enseguida mete la hoz, porque ha llegado el tiempo de la siega.

Marcos4:26 29

En el living de nuestro apartamento tenemos cerca de una docena de plantas. La más grande es una palma que actualmente está desplegando una nueva hoja. Se trata de toda una obra de arte que dura varios días para completarse.

Admirando cada mañana con Lilian la perfección del proceso, debo reconocer que cruzó por mi mente el “ayudarla” a despegar los foliolos y así alcanzar el aspecto final de la enorme hoja en menos tiempo, cosa que, en un rapto de sabiduría, me abstuve de hacer.
Recuerdo que en ese momento pensamos y reflexionamos sobre la información secreta y la inteligencia encerrada de esa planta y en la tierra en la que crece, así como sobre nuestra ignorancia al respecto, igual a la que señalaba Marcos hace cerca de 2000 años atrás. En el pasaje evangélico.

Así como en cada semilla de trigo está la espiga perfecta, comentábamos, en cada palma está la nueva hoja perfecta. Ni la una ni la otra requiere ningún esfuerzo y mucho menos una “ayuda” exterior.

Esos serían seguramente obstáculos los que nuestra ignorancia impondría a un prodigioso y misterioso devenir natural.
Nuestra palma y la semilla de trigo, sólo requieren condiciones adecuadas que le permitan convertirse en lo que “por naturaleza” ya están destinadas a ser.

Quizás, pensamos, también los seres humanos, “por naturaleza”, al igual que la semilla de trigo o la hoja de la palma, ya somos lo que estamos destinados a ser, un potencial que sólo espera las condiciones adecuadas para manifestarse.
En tal caso, ¿qué convendría hacer? ¿Cuál sería una buena filosofía para padres, (abuelos) y líderes de todo tipo y nivel?

Coincidimos con Lilian en que posiblemente lo más sabio sería aplicar lo que le escuché a alguien denominar “un activismo delicado”. Bastaría con ayudar a crear las condiciones, dijimos, y sobre todo, abstenerse de poner obstáculos, léase “intervenir dramáticamente”.
Ahora bien, en el caso de la palma parece sencillo: buena tierra, adecuada temperatura de ambiente, regarla una vez por semana y a lo sumo pulverizar un poco de agua sobre las hojas sería lo indicado.
En el caso de mis nietos…no lo tengo tan claro. ¿Usted qué opina?

Dr. Julio Decaro
Fue Doctor en Medicina, graduado en 1974 en la Universidad de la República (Udelar/Uruguay) con Medalla de Oro. Realizó estudios en la Universidad de Harvard, en el instituto de Investigaciones Mentales (Palo Alto, California, EE.UU.) y en el Instituto Privado de Psicología Médica, Argentina. Docente de la Udelar y de la Universidad Católica. Actualmente fue Chairman de CMI Interser. Autor de varios libros.

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