El mundo se expande y se acerca todo el tiempo.
Vivimos conectados, pero a la vez, cada uno de nosotros transcurre su día en su propio universo, diseñando e interpretando el mundo de manera diferente.
Lo novedoso de hoy, mañana es viejo. Por eso, la velocidad de reacción y la experiencia en gestión de comunicaciones se han vuelto valores vitales para sobrevivir en un universo cada vez más exigente.